El base uruguayo Jayson Granger (Montevideo, 1989) es un hombre con un propósito, devolver al Movistar Estudiantes a la máxima categoría del baloncesto español.
Por trayectoria y cartel podría estar en mejor situación, pero tras lucir en plazas de renombre quiso volver a casa, un término que repite muchas veces, para que su talento impulse al club que le trajo a Europa hace 20 años.
Para ello sólo necesitan ganar dos partidos. Efe le ha entrevistado antes de la Final a Cuatro por el ascenso.
¿Por qué va a subir el Estudiantes este año? ¿Qué les hace pensar que es el bueno?
Yo creo que ya toca, ¿no?. Tenemos una segunda oportunidad, el club hizo un esfuerzo tremendo para organizar la Final Four aquí en casa y yo creo que la gente se merece una alegría después de tanto tiempo estando en la Primera FEB. Obviamente no va a ser fácil, pero esperemos que este año sí pueda ser.
¿No lograr el ascenso sería una decepción?
Yo creo que sí. El club y el equipo se formó para esto, fue el objetivo principal desde que hemos llegado todos a esta temporada.
Está claro que no va a ser fácil, va a estar complicado, pero creo que mentalmente estamos preparados y esperemos poder sacarlo.
¿Se puede disfrutar tanto de un partido de Primera FEB como de un partido de Euroliga?
Sí. Obviamente son escenarios diferentes, en la Euroliga estamos hablando de la mejor liga de Europa con todo lo que conlleva mediáticamente, televisivamente, de jugar contra los mejores jugadores...
Pero la Primera FEB me ha impresionado gratamente, no me la esperaba tan dura. Ha sido muy competitiva, de cara al aficionado ha sido muy bonita de ver.
¿Se le queda pequeña la liga?
No sé si se me queda pequeña. Yo creo que he encontrado un equipo donde me siento cómodo, donde tengo confianza, donde físicamente estoy a gusto, estoy en casa... Al fin y al cabo eso al jugador siempre le motiva y le ayuda a sentirse con confianza.
Tanto Pedro Rivero como Natxo me dieron las riendas del equipo desde que llegué y uno juega e intenta hacer mejor a sus compañeros, intenta que los resultados sirvan.
Las estadísticas al final son simplemente un número, no sirve de nada si el equipo no gana. Esperemos cerrar esta gran temporada de la mejor manera.
No me arrepiento. Una vez que salí de Uruguay tuve ofertas de ACB pero quería estar en Madrid y me gustaría devolver ese favor que a mí me hicieron cuando yo tenía 15 años y me trajeron de Sudamérica con mi mochila para cumplir un sueño. Quiero poder devolvérselo ahora que tengo 35 años y poder cerrar una etapa.
¿Qué supone para usted el Estudiantes? ¿Cómo se le explica a alguien que no lo conozca?
Estudiantes es familia. Yo vengo de un país muy chiquitito como es Uruguay. Llegué al Estudiantes con 15 años, me arroparon como uno más siendo un joven que no conocía de qué iba esto.
Ver a miles de niños, verte entrenar con el primer equipo ya de mayor, verte como un modelo a seguir... eso es algo muy bonito. He estado en grandes equipos en diferentes ligas y no he visto esa cercanía tanto con la afición como con la cantera que tiene Estudiantes.
Lleva el Estudiantes varios años ya fuera de la ACB. ¿Cree que si vuelve este año va a tocar hacer un ejercicio de didactismo para que la gente recuerde lo que es el club?
Yo creo que la gente no se olvidó tanto. Meter a 9.000 personas en un pabellón para un equipo de Primera FEB no es fácil. La gente siempre se ha animado, ha estado, la Demencia siempre estuvo ahí apoyando.
El club con toda la historia que tiene, con todo su recorrido, se merece estar en la ACB. Es un equipo grande de España y esperemos poder poner al equipo donde tiene que estar.
Pase lo que pase, ¿le gustaría seguir en el equipo el año que viene?
Sí, obviamente. Yo tengo contrato para el año que viene, mi idea es cumplir mi ciclo aquí, no tengo intención de irme acá de Madrid. Ojalá que pueda seguir mi ciclo en ACB. Una vez que termine la temporada, ya veremos qué es lo que nos llega.
Estoy en casa, al fin y al cabo yo he tenido oportunidades de irme a equipos ACB y he preferido quedarme en casa, en Madrid, con mi gente, en mi club.
¿Se fue muy decepcionado con su país por la forma en la que salió de allí?
No sé si decepcionado, pero triste. En otros sitios se idolatra jugadores que han tenido carrera a nivel mundial u europeo de una manera diferente; y a mí, en vez de idolatrarme se me ha menospreciado. Y ha pasado con grandes jugadores que han vuelto a Uruguay.
Es algo anecdótico que ya tengo más que asimilado, algo que me tocó vivir. Ahora estoy aquí, estoy en casa, estoy feliz, estoy tranquilo. Es algo que buscaba en los últimos años y estoy contento.
¿Cómo ve al equipo nacional ahora?
La línea exterior la tenemos más que cubierta. Tenemos gente joven, con hambre, jugadores que están jugando en Liga ACB, en universidades... Creo que el problema de Uruguay es un poco la estatura, lo que siempre nos ha fallado, nuestro referente interior.
Una vez que se ha ido Esteban Batista hay que modernizarse un poco, intentar jugar de una manera distinta porque en Sudamérica juegas contra potencias como Argentina, Brasil o Venezuela donde te sacan más cuerpo.
Creo que viene una buena generación, con un muy buen staff técnico al mando. Esperemos este año hacer una buena AmeriCup.
¿Es posible que ese papel de referente que ha tenido durante muchos años lo herede su compañero de equipo Joaquín Rodríguez en algún momento? ¿Lo ve capacitado?
Sí, sin duda. Joaquín es un chico de 24 con un talento inmenso, con muchísima hambre. Es un jugador que puede estar jugando en la ACB perfectamente.
Tienen que darse las circunstancias del lugar, el momento, la confianza que le pueda dar un club o un entrenador... Estoy convencido que puede ser el líder de Uruguay en los próximos años.