La capilla Sixtina de Roma permanecerá cerrada al público desde este lunes, 28 de abril, para preparar el Cónclave del que saldrá el nuevo Papa, tras la muerte de Francisco.
El espacio estará cerrado "por necesidades del Cónclave" para el que aún no se ha desvelado la fecha de inicio.
Varios cardenales aseguraron que este lunes se fijará la fecha para el inicio del cónclave en el que se elegirá al sucesor de Francisco mientras se dirigían a la quinta congregación general, las reuniones en las que los purpurados que entrarán en la Capilla Sixtina se van conociendo y concretando un perfil para el próximo pontífice.
Desde el inicio del Cónclave, los cardenales convocados se reunirán en la capilla bajo estrictas normas de secreto y en el tejado se instalará una chimenea desde donde podrá verse el humo que anuncie la elección del nuevo Pontífice.
Tras la muerte del Papa Francisco, el Vaticano ha activado un protocolo muy definido para garantizar la continuidad en el liderazgo de la Iglesia Católica.
Las reglas que rigen este periodo están recogidas en la Constitución Apostólica 'Universi Dominici Gregis', promulgada por Juan Pablo II y modificada posteriormente por Benedicto XVI.
La órgano encargado de elegir al nuevo Pontífice deberá celebrarse entre los días 15 y 20 después de la muerte del Papa, y en él participarán todos los cardenales menores de 80 años.
La elección se realiza mediante votaciones secretas: dos por la mañana y dos por la tarde.
"Habemus Papam"
Para ser elegido un candidato debe obtener al menos dos tercios de los votos.
Una vez alcanzada la mayoría, se le pregunta si acepta la elección y qué nombre desea tomar.
Su 'si' convierte al elegido en nuevo Obispo de Roma.
Cuando se haya elegido Papa, la fumata blanca anunciará al mundo el final del Cónclave.
Desde el balcón central de la Basílica de San Pedro, el cardinal protodiácono, Dominique Mamberti, proclamará en latín: "Habemus Papam", presentado al nuevo Pontífice a los fieles.
La sede vacante concluirá con la elección del nuevo Pontífice.