El Papa ha animado a los sacerdotes, en la Misa Crismal de Jueves Santo, a buscar "la cercanía cotidiana con su gente" y "convertirse en anunciadores de la esperanza".
El texto de la homilía fue leído por el cardenal Domenico Calcagno, a quien el Pontífice ha delegado en su ausencia la celebración de la misa que se ha celebrado en la Basílica de San Pedro.
Francisco, que permanece aún convaleciente en la Casa Santa Marta debido a la neumonía que le mantuvo hospitalizado durante más de un mes, no ha presidido la celebración del Jueves Santo ni tampoco tiene previsto hacerlo en Viernes Santo, pero el Vaticano no ha descartado que el Pontífice pueda hacer acto de presencia en los ritos del Triduo Pascual, como ocurrió en la misa del Domingo de Ramos.
El papa, no obstante, acudió a la cárcel romana Regina Coeli para celebrar con algunos presos este Jueves Santo, una tradición que cumple desde el inicio de su pontificado y que ha mantenido pese a su convalecencia por sus problemas de salud.