Descubierto en animales un mecanismo que inicia el cáncer de colon
Hallan en el CNIO que el descenso de una proteína favorece el agravamiento de los tumores
El estudio se ha validado usando muestras humanas donadas por el hospital Ramon y Cajal
Sede del Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas (CNIO), en Madrid |EUROPA PRESS
REDACCIÓN
Un reciente estudio del Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas (CNIO) publicado en Nature Communications describe un nuevo mecanismo molecular implicado en la formación de tumores colorrectales y que favorece su progresión hacia formas más agresivas.
La investigación ha sido liderada por Nabil Djouder, jefe del Grupo de Factores de Crecimiento, Nutrientes y Cáncer, del CNIO.
El cáncer colorrectal, de colon o recto, es el tercer tipo de cáncer más diagnosticado en todo el mundo. Hasta el 80 % de los casos están relacionados con factores ambientales y de estilo de vida, como una dieta poco saludable, el sedentarismo, la obesidad, el tabaquismo o el consumo excesivo de alcohol.
El hallazgo de que la degradación de la proteína p53 inicia el proceso tumoral en el cáncer de colon es completamente nuevo
La mayoría de los cánceres colorrectales se originan de pólipos adenomatosos, una lesión precancerosa que, si no se detecta y extirpa a tiempo, puede evolucionar hacia un tumor maligno.
En investigaciones con modelos de ratón, los autores observaron que una proteína, llamada p53, se empezaba a degradar –a disminuir su presencia – en las etapas iniciales de la formación de los tumores. Esto permitía la aparición y el desarrollo del cáncer.
La función antitumoral de p53 es conocida. Esta proteína bloquea la división de las células y contribuye a que se destruyan cuando presentan alguna disfunción, por lo que p53 se considera supresora de tumores.
Cuando p53 pierde su función, las células adquieren la capacidad de crecer de manera descontrolada. Sin embargo, el hallazgo de que la degradación de p53 inicia el proceso tumoral en el cáncer de colon es completamente nuevo.
La escasez de p53 favorece la formación del tumor debido a un descontrol en la proliferación celular, y también facilita que las células tumorales acumulen otras mutaciones que impulsan la progresión a tumores más agresivos
Este estudio, con Irene Herranz-Montoya como primera autora, halla que la escasez de p53 favorece la formación del tumor debido a un descontrol en la proliferación celular, y también facilita el que las células tumorales acumulen otras mutaciones que, en conjunto, impulsan la progresión a tumores más agresivos.
Además, el grupo del CNIO ha identificado un mecanismo inédito en la regulación de los niveles de p53. Se trata de una proteína denominada URI, conocida por su expresión en otros tipos de cáncer. Este estudio muestra que cuando los niveles de URI aumentan en las células, disminuye p53.
Trabajos previos, en especial del equipo de Nabil Djouder, ya habían relacionado la proteína URI con otros tipos de cáncer, sobre todo con el de hígado. Pero esta es la primera vez que se asocia URI a tumores colorrectales.
“Los niveles de URI comienzan a elevarse muy al principio, lo que conduce a la formación del adenoma, un crecimiento aberrante que aún no constituye un cáncer, pero es en esa etapa donde empieza a degradarse p53”, explica Herranz.
En sus experimentos en ratones vieron que, si eliminaban URI o elevaban los niveles de p53 en los pólipos, estos no llegaban a transformarse en tumores y los ratones con cáncer colorrectal vivían más tiempo.
El grupo del CNIO ha identificado un mecanismo inédito en la regulación de los niveles de p53. Se trata de una proteína denominada URI, conocida por su expresión en otros tipos de cáncer
“Anteriormente, mi equipo también ha demostrado que la expresión de URI está relacionada con ciertos factores ambientales, como una mala dieta, tanto en otros tipos de cáncer como en el intestino. Esto sugiere que URI y la degradación de p53 en el inicio del cáncer colorrectal podrían estar asociadas con estos factores”, explica Djouder.
El estudio se ha validado utilizando muestras humanas, donadas por el Biobanco del hospital Ramon y Cajal y en colaboración con Cristian Perna, procedentes de pacientes con adenomas y con cáncer de colon en estadios avanzados. Además, se ha complementado con datos analizados con métodos bioinformáticos.