Este año se conmemoran casi 70 años desde que comenzó una de las sagas más emblemáticas de la fotografía taurina: Los Botán. En la actualidad, Santiago Botán, tercera generación de esta familia dedicada al arte de la fotografía, trabaja incansablemente para preservar y digitalizar el legado visual que ha marcado la historia del toreo en España.
Santiago se encuentra actualmente inmerso en un arduo proceso de digitalización de su archivo fotográfico, así como del archivo de Jesús Rodríguez. "Aquí andamos en el proceso de digitalización", comenta Santiago mientras revisa los negativos.
"Lo primero que hacemos es localizar los negativos y limpiarlos con un pañito para quitarles el polvo, ya que, si no, salen rayitas y puntitos a la hora de digitalizar". Este cuidado es esencial, pues los negativos, si no se tratan adecuadamente, pueden deteriorarse con el tiempo. "Si te fijas en esta imagen, por ejemplo, se está oxidando. Esto provoca que con el tiempo se vaya contaminando el resto de la imagen y al final acabará desapareciendo el negativo", explica.
El legado familiar comenzó hace aproximadamente siete décadas cuando el abuelo Botán adquirió una cámara Leica. Su carrera inició en el Hipódromo, pero su verdadera pasión eran los toros. "Se buscó la vida para hacer fotos a los toros y vio que se le daba bien. Al final, acabó liando a su hijo Fernando", recuerda Santiago. La fotografía más reconocida de esta familia es 'La pirueta', capturada en 1972 en la plaza de Sevilla, que ganó el primer premio en World Press Photo.
A lo largo de los años, por sus lentes han pasado no solo toreros, sino también personalidades icónicas del cine y la literatura como Ernest Hemingway, Ava Gardner y Orson Welles. Las imágenes reflejan momentos históricos del toreo desde los años 50 hasta la actualidad. Entre ellas destaca una famosa fotografía de Antoñete, considerada como una de las mejores faenas realizadas en Las Ventas; así como la emblemática imagen del toro blanco de Osborne.
Actualmente, las obras de Los Botán pueden ser apreciadas en el programa oficial de la plaza de toros de Las Ventas y en murales expuestos en sus pasillos, donde se rinde homenaje a las grandes figuras del toreo.
Además de capturar la esencia del arte taurino, la historia de Los Botán también narra una rica herencia familiar dedicada a inmortalizar momentos memorables que han dejado huella en la cultura española.
Con cada negativo restaurado y cada imagen digitalizada, Santiago y Ana Escribano continúan asegurando que este legado perdure para las futuras generaciones amantes del toreo y la fotografía.