Hace unos días, Salva Méndez era una de las personas sin hogar que dormía en Barajas. Un joven madrileño de 28 años al que la vida le truncó su sueño y que pedía una oportunidad para encauzar su camino, tras dos años pernoctando en la terminal 1. Telemadrid le entrevistó en el aeropuerto y nos contó su cruda realidad.
Sin embargo, la vida de Salva ha dado un vuelco inesperado. Fernando, un empresario asturiano, al conocer su caso, decidió darle una oportunidad laboral y Salva no se lo pensó. Cogió el autobús y se plantó en un pueblo donde ahora trabaja limpiando un hotel rural en un entorno idílico. Está feliz e ilusionado y solo espera que su caso sea realidad también para los que hasta hace poco eran sus compañeros de "habitación".